El mandatario, que ha calificado al proyecto del metro elevado como una ‘chambonada’, aseguró que con el cambio a un metro subterráneo «solo queremos lo mejor posible para Bogotá dentro de nuestras posibilidades».
«Sé lo que debió ser el gran escándalo: botar los estudios terminados del metro subterráneo de Bogotá, pero fue un gran silencio; ahora sí será el gran escándalo solo porque intentamos recuperar parte de esos estudios y transformar un proyecto en bien de toda Bogotá», manifestó el presidente.
La idea del mandatario de viajar a China se da luego de que la discusión sobre el futuro del Metro se intensificara este jueves por lo que sería una presión del Gobierno a la alcaldesa de Bogotá, Claudia López.
«Si la alcaldía no va a aceptar nada, y lo acordado era otro, pues entonces también nosotros no financiamos los proyectos de Bogotá. Así de fácil», le dijo a EL TIEMPO el ministro de Transporte, Guillermo Reyes.
Por su parte, la alcaldesa López ha asegurado que defenderá la posición de que ese megaproyecto se inaugure en 2028, como está presupuestado con el actual diseño de metro elevado. La opción de Petro, que es subterráneo, implicaría un retraso de al menos 6 años, hasta 2034, y hay fuerte discusión por su costo millonario y por su viabilidad jurídica.