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La tercera economía más grande de América Latina ha estado luchando durante años con una crisis económica que ninguno de los gobiernos ha podido controlar. Y es que el acelerado aumento del precio de los alimentos en febrero, liderado por las carnes, los lácteos, los huevos y la fruta, ha dejado a las familias con serias dificultades para alimentarse, en un país donde cerca del 40% de la gente vive en la pobreza.
A lo largo de la crisis económica que atraviesa Argentina, la inflación anual superó los 3 dígitos por primera vez en 32 años en febrero, ubicándose en 102,5%.
Aunque la inflación es crónica en Argentina, este récord histórico y la evolución del costo de vida en los meses siguientes pueden ser el centro del debate político en las elecciones presidenciales de octubre.
A pesar de todos los esfuerzos por contener los efectos de la crisis, la vida cotidiana de una parte importante de la población, testigo de la continua devaluación de la moneda nacional frente al dólar, se vuelve cada vez más compleja.
Enormes pérdidas por la sequía
Al viento de frente que llega desde el exterior, se suma la sequía que afecta al país. Con una menor entrada de dólares al territorio, las reservas del banco central, que ya se mantienen en niveles bastante bajos, caerían aún más, lo que complicaría las finanzas de un territorio que tendrá un crecimiento económico muy bajo en 2023 o incluso podría caer durante el recesión Si alrededor del 40% de la población de la zona vive en la pobreza, el caso de los niños es aún más grave.
Dos de cada tres niños no tienen cubiertas sus necesidades básicas
2 de cada 3 niños en Argentina son pobres o siguen privados de derechos básicos, como el acceso a la educación, la custodia social, la vivienda o el agua, según un nuevo informe de Unicef.
Utilizando datos oficiales del Servicio Nacional de Estadísticas, el organismo muestra que en el primer semestre de 2022, el 51,5% de los niños vive en situación de pobreza, en hogares donde los ingresos son insuficientes para cubrir alimentos y servicios básicos. Si se suma la privación de derechos básicos, el número de niños en esta situación asciende al 66% de la población infantil, equivalente a unos 8,8 millones.
