Ni las crisis, ni las pandemias, ni siquiera la guerra en Ucrania hicieron que la deuda del diminuto territorio de Brunei se disparara, como ha ocurrido en muchos países.
Brunei sigue siendo el territorio con la relación deuda/PIB más baja del mundo con un 1,9 %.
Sin embargo, este pequeño estado tiene uno de los niveles de vida más altos del mundo debido a sus numerosas reservas de petróleo y gas.
Se cree que Brunei tiene reservas de 1.100 millones de barriles de petróleo a finales de 2017 -el 0,1 % de las reservas mundiales- y 2,6 billones de metros cúbicos de gas -un poco más del 0,13 % de las reservas internacionales.
La razón por la que Brunei tiene una deuda tan baja es por las ganancias obtenidas de la comercialización de hidrocarburos.
Por ello les permitió crear grandes reservas presupuestarias, que fueron financiadas con estas reservas durante los años de déficit presupuestario del Estado, sin tener que recurrir al endeudamiento.
Sólo es vital como proveedor de petróleo y gas para Asia. Todo esto en una coyuntura política bastante particular que busca seguir entregando una compensación material a sus pobladores.
Una de las ventajas económicas de Brunei es que no necesita cambiar divisas para pagar sus préstamos. Y la otra es que el régimen y su economía mantengan las rentas y los impuestos dentro de su propia economía.
Sin embargo, pese a los intentos de diversificar su economía, Brunéi se enfrenta a importantes riesgos fiscales conforme se produce una descarbonización de la economía mundial.
«La enorme dependencia del sector del gas y el petróleo puede trastocar profundamente el funcionamiento del país a medida que el proceso de transformación del modelo energético mundial siga consolidándose», advierten los técnicos de Comercio Exterior del ICEX.